lunes, 10 de diciembre de 2012

la contaminación en Gonzalez Catan


La contaminación afecta la salud de los vecinos de Gonzalez Catán

Desde hace cinco años, todos los funcionarios nacionales, provinciales y municipales prometen sistemáticamente el cierre definitivo de la CEAMSE. Pero ese día nunca llega.


Los vecinos de Gonzalez Catán reclaman el cierre de CEAMSE
Muchas fueron la notas en radio, televisión y gráfica que se pudieron ver sobre este tema pero ninguna llega a mostrar, en toda su dimensión, lo que vive a diario la gente de González Catán.
Esto no se debe, en muchos casos, a la falta de voluntad del periodismo sino, que es muy difícil poner en palabras o imágenes esta triste realidad.
María Ines Roldán tiene 41 años, cinco hijos y vive a sólo cuadras del relleno sanitario de González Catán. En mayo del año pasado, los médicos le diagnosticaron una plaquetopenia es decir: un descenso patológico del número de plaquetas circulantes en su organismo.
“El estudio me da 50 mil plaquetas, cuando lo normal dentro del mínimo es de 100 mil a 400 mil – relata María Inés y explica - inmediatamente me derivan a un hematólogo, cuando llego a la consulta, a los dos días, tengo nada más que 30 mil. Me internan, me hacen unos estudios y en ese lapso llego a 15 mil plaquetas. En ese momento, la obra social contrata otro hematólogo porque dice que este no hacía bien las cosas”.
El nuevo médico, es el que la atiende hasta el momento, le practica una punción de medula ósea y le “diagnostica una púrpura trombocitopénica”. “Cuando obtuvo los resultados del análisis, me preguntó donde vivía”. Y al saber que era cerca de la CEAMSE me dijo: “Entonces vamos a ver como vas a responder con el corticoides” , señala María Inés.
Según la paciente, si el tratamiento con corticoides no funciona “eso podría evidenciar que la causa es contaminación ambiental, porque no tengo ningún antecedente que indique otra posibilidad ”.
Desgraciadamente, “soy refractaria al tratamiento con esteroides y me internan con 9000 plaquetas, en terapia intensiva y con una fibrosis pulmonar originada por inmunodepresión”.
“Ahora estoy esperando que me extirpen el vaso, que es el que causa la destrucción de las plaquetas, si al suprimirlo el problema sigue, posiblemente vamos a hacer quimioterapia pero, si evoluciono favorablemente, se comprobaría que el origen de la púrpura es ambiental”, nos comenta la vecina.
Durante el año pasado, soportó 7 transfusiones de sangre y 10 de plaquetas, le extrajeron un ovario y actualmente se moviliza con un tubo de oxígeno, cada vez que abandona su hogar. “Estoy tomando casi 1000 miligramos de corticoides por día y como soy refractaria necesito de inmunoglobulina y otras cosas para que me ayude”, asegura angustiada.
El tratamiento consume 1500 de los 1800 pesos que gana su marido por mes y la obra social solo le cubre el 40 por ciento. Según María Inés, “abandonar el tratamiento me provocaría una insuficiencia renal que me llevaría a la muerte (...) Además, ahora me tengo que dar tres vacunas que son meningococo, la influenza y otra más que son para inmunizarme antes de la operación y me salen más de 500 pesos”.
Desesperada por su situación económica, se dirige al municipio de La Matanza para pedir que le ayuden con mercadería para poder alimentar a su familia. “Me pidieron que llevara los certificados médicos (Biopsias, punción de medula ósea, un certificado del cirujano para justificar la operación ) y me dijeron que aparte de los alimentos me iban a tramitar una subvención”.
A los pocos días, María Inés estaba internada con 3 mil plaquetas y es su hija la que se acerca a la dependencia municipal para llevar la documentación. La empleada que la atendió le dijo , “Yo no entiendo como ustedes no se mudaron todavía”. “Honestamente yo en estos momentos lo único que pienso es en curarme, ni siquiera se me pasó por la cabeza el mudarme. Porque si lo hiciera, igual la enfermedad me la llevo puesta”, cuenta indignada.
Sin la ayuda de las autoridades, ahora sólo piensa en curarse para volver a cuidar de su familia. Mientras tanto, cuenta sus padecimientos para que otros no tengan que pasar por una situación similar. “Al estar con corticoides uno pierde todo. Yo no me podía llevar la cuchara a la boca, no podía leer, estás como en otro lado y todas estas cosas ocasionan un problema a nivel familiar muy grande”, señala visiblemente emocionada.
María Inés, evoluciona favorablemente de su operación lo que podría evidenciar la causa ambiental de su enfermedad. Esta es una buena noticia para ella que se ilusiona con una pronta recuperación pero, es una mala noticia para miles de vecinos que corren un potencial riesgo de infección, por el sólo hecho de vivir a metros de un lugar que los funcionarios se empeñan en ignorar.

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